martes, 26 de febrero de 2008

TabAsco

Hay más personas en el mundo que fuman, que personas en el mundo que lo hacen(hacían) y dejan de hacerlo durante un año. Hace una semana, hoy no, hoy lo sonreí y festejé, pero hace una semana me acordé que yo fumaba entre 15 y 25 cigarrillos por día.

Ahora prenden uno y me alejo, como todo hipócrita ya-no-fumador (decir ex-fumador es muy fuerte y prematuro -aún un año después). Me putean: "dale, cagón, si acá no te ve tu papito".

¿Cómo lo dejé? No tengo idea. En el momento menos propicio para abandonar vicios y vías de descarga, dije "puta, no me gusta más, no me gusta un carajo más".
Es feísimo.

Hace varios años, vacacionando en las costas brasertinas, florianópolis, me cansé del desagradable gusto de los cigarrillos gaúchos. Y dejé de consumir por dos semanas, porque me daba asco.
Ahora, hace un año ya, me pasó lo mismo, a un nivel más elevado: me cansé del desagradable gusto de los cigarrillos. Y punto. De un domingo al lunes, fui de no menos de 15 por día, a 1 ó 3, y sólo de noche (como me había enseñado Eduardo -un gran tipo, gran hermano mayor momentáneo; gran vicioso- unos años antes).
Al fin de semana siguiente me fui a Gualeguaychú, fumé mucho de nuevo, pero sin llegar ni a diez diarios; tomé más de lo que se puede tomar en bastante más tiempo del que estuve. Viernes a las 3 de la mañana partí -con tres cervezas adentro-, llegué cerca de las 7 del sábado y, automáticamente, compré un fernet de medio litro.
Seguí la constante hasta el domingo al mediodía, durmiendo apenas esporádicas e interrumpidas -odiosamente interrumpidas siestas. Despierto casi dos días seguidos, a base de alcohol, sexo y algún que otro pucho, volví a Buenos Aires, demacrado. Mis últimos 'algún que otro pucho'.

No volví a fumar.

Fue un poco decepcionante, eso sí, cuando en los primeros meses, orgulloso, comentaba mi hazaña con cuanto ser vivo me cruzaba, y me daba cuenta que era una nueva moda: dejar de fumar estaba de moda. En dos meses conocí cinco personas que me felicitaban felicitándose a ellos mismos. "Qué bien, yo dejé hace un poco más".

Váyanse a cagar.
Ahora no le cuento a nadie.
Pero cuando prenden uno cerca mío, pongo cara de ex-fumador.

lunes, 18 de febrero de 2008

En mi lápida se leerá:

-Te juro que a Arévalo no le andaba el teléfono

-Lo admito, yo fui el del yodo

-El pedo se lo tiró el abuelo de Echa




(Maximetría: ataque repentino de fanatismo por el amigo Maximus)