Eran una multitud. En realidad éramos una multitud. No, éramos dos multitudes: por un lado ellos y ellas; por el otro nosotros. Otra falacia. Por un lado ellos y ellas, y nosotros estábamos por el mismo lado, porque el espacio no abundaba. La división era más imaginaria, al estilo paralelos y meridianos: imaginarios.
Lo único en común entre todos era la actividad del primer momento, esperar, y la próxima, la verdadera actividad que nos había reunido, si es que se puede decir que estábamos reunidos, entre tanta separación, aunque también dudo que la actividad fuera nuestra: escuchar a la banda. Ex banda: su último show en vivo.
Entre los presentes, habremos visto no más de dos presentaciones en vivo de la banda/ex banda. Para la mayoría era debut y despedida. Igual que esto: la primer y última crítica que recibieron. Curiosamente, una crítica que no dice ni aclara nada; no aplaude ni entierra. Ni siquiera critica. Sólo despide a las personas que integraban la banda/ex banda.
Sólo a las personas.